sábado, 29 de septiembre de 2012

Ya sabemos somos tres...





Tomo una botella de vino
y me voy a beberla entre las flores.
Siempre somos tres,
contando a mi sombra y a mi amiga, la luna.
Cuando canto, la luna me escucha,
cuando bailo mi sombra también baila.
Terminada la fiesta…
los invitados deben partir.
Yo, desconozco esa tristeza.
Cuando marcho a mi casa,
siempre somos tres,
me acompaña la luna y me sigue mi sombra.

Li Bai

sábado, 1 de septiembre de 2012

La luna

La luna se puede tomar a cucharadas
o como una cápsula cada dos horas.
Es buena como hipnótico y sedante
y también alivia
a los que se han intoxicado de filosofía.
Un pedazo de luna en el bolsillo
es mejor amuleto que la pata de conejo:
sirve para encontrar a quien se ama,
para ser rico sin que lo sepa nadie
y para alejar a los médicos y las clínicas.
Se puede dar de postre a los niños
cuando no se han dormido,
y unas gotas de luna en los ojos de los ancianos
ayudan a bien morir.
Pon una hoja tierna de la luna
debajo de tu almohada
y mirarás lo que quieras ver.
Lleva siempre un frasquito del aire de la luna
para cuando te ahogues,
y dale la llave de la luna
a los presos y a los desencantados.
Para los condenados a muerte
y para los condenados a vida
no hay mejor estimulante que la luna
en dosis precisas y controladas

Jaime Sabines.