Tomo una botella de vino
y me voy a beberla entre las flores.
Siempre somos tres,
contando a mi sombra y a mi amiga, la luna.
Cuando canto, la luna me escucha,
cuando bailo mi sombra también baila.
Terminada la fiesta…
los invitados deben partir.
Yo, desconozco esa tristeza.
Cuando marcho a mi casa,
siempre somos tres,
me acompaña la luna y me sigue mi sombra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario