miércoles, 2 de diciembre de 2009

Informe del cielo y del infierno

A ejemplo de las grandes casa de remate, el Cielo y el Infierno contienen en sus galerías hacinamientos de objetos que no asombrarán a nadie, porque son los que hay en las casas del mundo. Pero no es bastante claro hablar sólo de objetos: en esas galerías también hay ciudades, pueblos, jardines, montañas, valles, soles, lunas, vientos, mares, estrellas, reflejos, temperaturas, sabores, perfumes, sonidos, pues toda suerte de sensaciones y de espectáculos nos depara la eternidad.

Si el viento ruge, para ti, como un tigre y la paloma angelical tiene, al mirar, ojos de hiena, si el hombre acicalado que cruza por la calle, está vestido de andrajos lascivos; si la rosa con títulos honoríficos, que te regalan, es un trapo desteñido y menos interesante que un gorrión; si la cara de tu mujer es un leño descascarado y furioso: tus ojos y no Dios, los creó así.

Cuando mueras, los demonios y los ángeles, que son parejamente ávidos, sabiendo que estás adormecido, un poco en este mundo y un poco en cualquier otro, llegarán disfrazados a tu lecho y, acariciando tu cabeza, te darán a elegir las cosas que preferiste a lo largo de tu vida. En una suerte de muestrario, al principio, te enseñarán las cosas elementales. Si te enseñan el sol, la luna o las estrellas, los verás en una esfera de cristal pintada, y creerás que esa esfera de cristal es el mundo; si te muestran el mar o las montañas, los verás en una piedra y creerás que esa piedra es el mar y las montañas; si te muestran un caballo, será una miniatura, pero creerás que ese caballo es un verdadero caballo. Los ángeles y los demonios distraerán tu ánimo con retratos de flores, de frutas abrillantadas y de bombones; haciéndote creer que eres todavía niño, te sentarán en una silla de manos, llamada también silla de reina o sillita de oro, y de ese modo te llevarán, con las manos entrelazadas, por aquellos corredores al centro de tu vida, donde moran tus preferencias. Ten cuidado. Si eliges más cosas del Infierno que del Cielo, irás tal vez al Cielo; de lo contrario, si eliges más cosas del Cielo que del Infierno, corres el riesgo de ir al Infierno, pues tu amor a las cosas celestiales denotará mera concupiscencia.

Las leyes del Cielo y del Infierno son versátiles. Que vayas a un lugar o a otro depende de un ínfimo detalle. Conozco personas que por una llave rota o una jaula de mimbre fueron al Infierno y otras que por un papel de diario o una taza de leche, al Cielo.


Silvina Ocampo

(De "La furia", 1959)

12 comentarios:

Nay dijo...

Pable, que hermoso cuento!!!!! me encantó!!!! ;) me hizo pasear un ratito por el yin-yang...

La Fox dijo...

Che, y si nos explicas lo de "el grito"?? jajajaja dale que quiero saber!!!

Ramiro dijo...

Yo siempre espero que a último momento algún detalle de esos me lleve para arriba...

Nay dijo...

Si, al igual que Ramiro, siempre espero que alguno de esos detalles me lleve para arriba...
Y, adhiero al pedido de La Fox: ¡¡POR QUÉ ELEGISTE "EL GRITO"!!?
Todos sabemos que es un cuadro ESPECTACULAR!! pero... más allá de eso creo que vos nos debés una explicación (uf! sonó amenazante jajaja)

Sheeba Baby dijo...

Abarzos de oso (con grito incluido).

Sheeba Baby dijo...

Abrazos de oso (con grito incluido).

El Gato de Cheshire dijo...

:)
Me gustó el cuento Sr Pable. Como verá he vuelto a lo que es el mundo del blog. Prometo firmarle más seguido así no se me ofende :(
Nos escribimos.
Le mando un beso en la oreja.

Florci dijo...

En mi colegio católico me dijeron que el infierno estaba vacío, vale?

Saludos!

Grisel Vargas dijo...

Me gusta la gente que lee.

Puck dijo...

Pable, que bueno! Me regalás otro lugar para leer...enorme regalo. Gracias!

Fumanchu dijo...

Muy bueno!

Saludos

Pable dijo...

Srta Nay: Silvina Ocampo tiene esa particularidad (entre otras)
Srta La Fox: Veo que no tiene mucha paciencia.
Sr Ramiro: Bienvenido. No espere a último momento.
Srta Nay: Ya va a llegar.
Srta Sheeba: Otro abrazo con grito para usted.
Srta Sheeba: Otro abrazo con grito para usted.
Srta Karus: Me gusta que le guste Silvina Ocampo. No me ofendo.
Srta Florci: ¿Vacio? Tiene mas sentido que el cielo este vacio, pero bueno.
Srta Frau Eva: ¿Me esta pidiendo que le lea?
Srta Puck: Bienvenida. Gracias a usted.
Sr Fumanchú: Bienvenido. Saludos para usted.